En 1.944 Germán de Gracia comenzaba a comprar almendra en los pueblos donde, junto a su padre Feliciano, iban a comprar y vender productos agrícolas.
Aunque, en principio, esa almendra la vendía a compradores para que la partiesen; en poco tiempo Germán contaba con más de 30 personas que le ayudaban a partir dicha almendra, mientras él buscaba nuevas zonas de abastecimiento y abría nuevos mercados para su venta.
A finales de los años 50 instaló la primera industria de descascarado de almendra en la zona. Después de diversas actualizaciones en la instalación, en el año 1975, y viendo que la siguiente generación pretendía seguir con la misma actividad, se amplió la instalación en una nueva ubicación.
A finales de los años 80 es Ángel de Gracia quien da nombre a esta “tradición almendrera”, aunque ya llevaba bastantes años dirigiendo los designios de la empresa bajo titularidad de su padre.
Los procesos de descascarado cambiaron y en los años 90 se introdujeron las primeras seleccionadoras electrónicas, lo que mejoró el proceso y la calidad del producto.
En el año 2003, se trasladó la instalación a una nueva ubicación, aumentando en parte la capacidad descascaradora de la industria.
En los años siguientes, el proceso de descascarado de la almendra dio un salto cualitativo.
En 2011 Carlos de Gracia (tercera generación) funda la empresa COALCE, S.L., pero debido a que las producciones de almendra en la zona no eran todavía lo importantes que son hoy, consideró inviable acometer esas inversiones necesarias para seguir teniendo una instalación competitiva tanto en el proceso como en la calidad, y se decidió externalizar la actividad de descascarado.
En 2024, después de varios años madurando el proyecto y debido a que las producciones de almendra en la zona centro de España han crecido de un modo exponencial y con unos mínimos de producción bastante altos y muy estables, la tercera generación pone en marcha una nueva instalación de descascarado de almendra, donde cuenta con toda la tecnología puntera necesaria para conseguir un producto con la calidad que el mercado internacional exige.